
Bienvenidos a la lección 14 del curso bíblico básico o popular. Este curso está pensado para personas sencillas que desean conocer, comprender y amar más la Sagrada Escritura. Recomendamos seguir las lecciones en orden, comenzando desde la lección 1, para aprovechar plenamente el contenido y evitar confusiones.
¿Qué entendemos por manuscritos y versiones bíblicas?
Antes de hablar de las versiones, es importante aclarar un concepto. Los códices son copias manuscritas de libros bíblicos realizadas a mano por escribas autorizados. Entre los más conocidos se encuentran el Códice Sinaítico, el Alejandrino y el Vaticano, además de los manuscritos de Qumrán. Estos documentos, conservados como verdaderos tesoros, nos muestran la transmisión fiel del texto bíblico a lo largo de los siglos.
Cuando hablamos de versiones, nos referimos a traducciones completas de la Biblia a otros idiomas, realizadas para que el mensaje de Dios pudiera ser comprendido por más personas y comunidades.
La versión de los Setenta (Septuaginta)
La versión de los Setenta, conocida como Septuaginta o LXX, es una traducción del Antiguo Testamento del hebreo y arameo al griego. Su elaboración se sitúa aproximadamente entre los siglos III y I antes de Cristo.
Recibe su nombre porque, según la tradición, fue realizada por setenta y dos sabios judíos, seis por cada una de las doce tribus de Israel. Esta traducción se llevó a cabo en Alejandría, Egipto, una de las ciudades más importantes del mundo antiguo, famosa por su gran biblioteca.
La Septuaginta surgió para atender a los judíos de la diáspora, es decir, aquellos que vivían fuera de Israel y ya no dominaban el hebreo, así como a los gentiles que se habían acercado al judaísmo. El griego era entonces el idioma más difundido, similar al papel que cumple hoy el inglés.
Esta versión es de gran importancia para los cristianos, ya que fue ampliamente utilizada en tiempos de Jesús y de los apóstoles. Muchos autores del Nuevo Testamento y los primeros Padres de la Iglesia conocieron y citaron la Septuaginta en sus escritos.
La Vulgata
La Vulgata es la traducción completa de la Biblia al latín, realizada por san Jerónimo hacia el año 400 después de Cristo, principalmente en Belén. El término “vulgata” significa “popular” o “de uso común”, ya que estaba destinada a que el pueblo pudiera acceder a la Palabra de Dios en un idioma comprensible.
Durante los primeros siglos, el griego fue la lengua principal de la Iglesia, pero con el tiempo el latín se impuso en todo el Occidente del Imperio Romano. Por esta razón, el papa Dámaso encargó a san Jerónimo la tarea de traducir la Biblia al latín.
San Jerónimo trabajó a partir de los textos originales en hebreo, arameo y griego, y también tuvo en cuenta la versión de los Setenta. Su labor fue monumental y marcó un antes y un después en la historia bíblica.
En el Concilio de Trento, en el siglo XVI, la Iglesia reconoció oficialmente la Vulgata como texto de referencia. A partir de ella se realizaron muchas de las traducciones bíblicas posteriores a diferentes idiomas.
Importancia histórica y espiritual
La historia de la Septuaginta y de la Vulgata nos ayuda a comprender que la Biblia no apareció de forma repentina, sino que es fruto de un largo proceso de transmisión, traducción y custodia. Gracias a este esfuerzo, hoy millones de personas pueden tener acceso a la Sagrada Escritura.
Conocer el origen y la historia de las versiones bíblicas fortalece la fe y permite una lectura más profunda y responsable de la Palabra de Dios. Estudiar la Biblia es también valorar el trabajo de generaciones que la preservaron con amor y fidelidad.
Que este conocimiento nos anime a leer la Biblia con mayor respeto, apertura del corazón y deseo sincero de comprender lo que Dios nos quiere decir hoy.